26 noviembre 2008

 

Everybody come down!



La pinchada reglamentaria de Dj Catódica en el Fotomatón llega cuando este mes se acaba, así que ya podéis ir juntando todas las monedas que encontréis por casa para venir a tomar una copichuela al bar más acogedor de nuestra maltrecha noche madrileña. 
Prometo hacer que os sintáis como en casa. Como en mi casa, claro. 

Beach House - Wedding bell
Stereolab - Neon beanbag
AMA - La segunda oportunidad
The velvet undergraund - Who loves the sun
Los Punsetes - Teoría de la clase ociosa
Pata negra - El tardón
Karen Dalton - Something's on your mind
Kiev cuando nieva - Avispa
Giant sand - Spiral
Tortel - Rostro pálido



12 noviembre 2008

 

Mi Agente Especial Dale Cooper



Yo no tenía ni diez años cuando me enamoré de este hombre. 
Fuí con mi hermano y con mi padre a La Vaguada, que es uno de los primeros mega centros comerciales que abrieron en Madrid. A mi padre le encanta la arquitectura y siempre anda metiéndose en cualquier edificio que vea así, un poco grande, para observarlo por dentro. En La Vaguada había un montón de salas de cine, y nos dejó a mi hermano y a mí viendo Dune. No sé si la eligió porque pensaba que la ciencia ficción nos gustaba, o porque duraba más de dos horas y así él tenía tiempo suficiente para recorrerse todo el centro comercial. 
Las luces del cine se apagaron, y mi hermano me susurró: "tenemos que estar muy atentos al principio de la peli, o no nos enteraremos de nada". Quince segundos después yo ya estaba perdida entre harkonnens, atreides, arrakises y toda la pesca. Siempre me pasa igual; en cuanto me dan 3 nombres raros seguidos, pierdo el hilo - por ejemplo, nunca pude seguir un solo capítulo de Corrupción en Miami por esta razón.
Así que, mientras me escurría en mi butaca, pensando en no se qué, ocurrió; apareció Kyle MacLahlan en pantalla, haciendo de Paul Atreides y me quedé turulata.



No digo ya, cuando se le ponen los ojos azules más avanzada la película. Un flechazo en toda regla.

Semanas más tarde, ojeando un Fotogramas - la otra pasión de mi padre (entonces) era el cine, y me dejaba recortar fotos de números atrasados - encontré una foto de Paul Atreides. La guardé en mi funda del bonobús, como si fuese la foto de mi novio, vamos.

Los años pasaban y mi novio no daba señales de vida. Las dunas se lo habrían tragado, o un gusano gigante se lo habría comido, pensaba yo. En realidad mi novio estaba con Laura Dern investigando misterios en Blue Velvet, y follandose a Isabella Rossellini de paso. En casa no me dijeron nada, por no hacerme sufrir, supongo, aunque la hermosa frase "llevo tu semen dentro de mí" es una de las favoritas de mi familia y la soltaban de vez en cuando para echarse unas risas. No pillé el chiste hasta mucho después, cuando ya había cumplido una edad prudencial para ver aquella película.

Pero por suerte para la humanidad española, Telecinco empezó a emitir Twin Peaks, que no hace falta que explique yo aquí lo que significó para la historia de la televisión, las series y la iconografía de los 90. Explicaré sólo lo que significó para mí: el tan anhelado reencuentro con mi novio, que se había cambiado de nombre por el de Agente Especial Dale Cooper y ahora trabajaba para el FBI, ni más ni menos. Volvió a mí hecho un pincel y más encantador que nunca. Fenomenal todo. Mi total devoción por el Agente Cooper quedó materializada, como era de esperar, en la carpeta de 2º de BUP, desterrando toda la parafernalia depechemodera que hasta entonces la cubría.

En estos días estamos viéndonos de nuevo, Cooper y yo. Y aunque mi vida han cambiado desde entonces - la suya sigue igual que hace 17 años - sigo llevándole en mi corazón. Por su afición al café y la bollería; por su conocimiento del Tíbet; por saber hacer buen uso de los sueños; por emplear la intuición como una herramienta fundamental en la vida; y porque a día de hoy sigo preguntándome cuántos kilos de gomina se ponía en el pelo cada mañana.

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